miércoles, 25 de mayo de 2011

COLÓN: La base está

Por Pedro Molina

A pesar del buen presente institucional, Colón se caracteriza en este torneo por la irregularidad mostrada de un partido a otro. En las primeras fechas, algunos aducían el problema a que “jugaba mejor de visitante que de local”, afirmación totalmente desmitificada con el correr de los partidos. Por ejemplo, en las últimas tres fechas: en Victoria fue goleado por Tigre, por el mismo resultado (3-0) le ganó a Huracán en el Cementerio y volvió a caer en Avellaneda.

El sábado ante Independiente sufrió el partido. En una de las mejores veladas del equipo de Mohamed, Sciaqua y los suyos no tuvieron manera de parar al rival. Decidido por la línea de cuatro –los anteriores entrenadores se identificaron por tres atrás-, buscó con un mediocampo ágil, la salida rápida y la definición mediante la entereza de Fuertes y la juventud de Lessman.

Nada le salió como quiso. El rojo estuvo siempre bien parado, controló el balón y no dio lugar a los contraataques. El doble enganche (Gracián-Fredes) volvió loco a Prediger-Ledesma que encima no fueron opción de salida.

Quilez como lateral derecho mostró deficiencias. En el mano a mano fue constantemente superado por Rodríguez y no participó en ataque. Por izquierda, Quiroga tuvo un peor partido, sin tanta llegada de rivales por su zona, pero más complicado con la pelota.

Muestra de cómo sufrió el Sabalero, estando 0-2, el DT hizo un cambio de nueve por nueve (Larrivey por Lessman, de flojísimo partido) y casi sin pensarlo estuvo a tiro del empate. Prediger salió a presionar más adelante, creció Moreno y Fabianesi con sus intervenciones por derecha y si Larrivey hubiera tenido un poco más de tino, la historia habría sido –inmerecida y- diferente.

El Chavo Fucks decía en su Twitter (@ChavoFuchs) que los jugadores de Colón a veces se relajaban tanto en las comodidades del club y no rendían. Tal vez allí resida la repuesta, sin embargo, para el Sabalero en este momento, lo más importante es encontrar una solución.

Personalmente no me gustan algunas posiciones. Una defensa de cuatro con Quilez y Quiroga por las bandas no es garantía. No cierran, no son especialistas en el mano a mano y pierden recorrido. Tampoco termino de concordar con el mediocampo sin extremos netos: Damián Díaz (originariamente enganche-mediapunta) y Moreno y Fabianesi (volante central) no pueden desarrollar su potencial al máximo por no estar en la posición acertada.

En la delantera, Lessmann tampoco fue el indicado para alimentar a Fuertes. El gol del Bichi llegó por su propio arte y la inclusión de otro “tanque” no funcionó.

Con el beneficio de no pelear por nada-¡qué paradoja!-, Colón y Sciaqua tienen cuatro partidos para seguir probando variantes. En conclusión, a pesar de todo, el sabalero se vuelve a encontrar en la vereda de los pudientes.

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