Hablábamos hace dos semanas del planteo de Racing con Estudiantes. Sobre el rival, dijimos que se llevó un premio excesivo y algo que ni siquiera buscó. Ante Boca, nuevamente de visitante y frente a un partido clave por mantener la punta, volvió a caer en el mismo error.
Berizzo dispuso del mejor equipo posible, ya que está clasificado a la Copa y se abocará al torneo local hasta jugar octavos de final. Sin embargo, el planteo fue mezquino, en búsqueda del empate y con jugadores en posiciones poco acostumbradas.
Al igual que Boca, apuntó a una línea de tres centrales y dos laterales poco más adelantados. Entre esos tres estuvo Nelson Benítez, más carrilero y lateral, pero ante la baja de Ré, tuvo que jugar en un puesto en el que siempre se sintió incómodo, incluso realizando la infracción del gol de Riquelme.
Por las bandas, Mercado e Iberbia son dos jugadores más defensivos que de ataque, y no del todo hábiles con la pelota. Cumplen funciones de desmarque, apertura de cancha y poco más. Sólo el ex Racing pisó el área y no llegó a una pelota de Verón cuando terminaba el partido. Por otro lado, el zurdo se complicó muchísimo en la marca y no tuvo peso en ofensiva.
El mediocampo estuvo muy desconectado. Verón a media máquina y sin Braña, Matías Sánchez se cansó de pegar y correr de atrás a Chávez y Erviti y el aporte de Benítez fue muy parejo: pobre en ataque y en defensa. De hecho, el Toto habló con Stefanatto antes de finalizar la primera etapa, ya pensando en una variante.
Enzo Pérez tuvo que ser demasiado responsable de ataque y Rodrigo López metió la que tuvo. Estudiantes desechó la pelota, no presionó a la improvisada defensa de Boca, no tuvo ambición y se llevó lo que mereció.
La muestra más clara de que quería el empate fue algo fáctico: después del segundo gol con el tiempo cumplido, Bonano (expulsado el DT por llegar tarde) quiso poner en cancha a Leandro González, pero ya era tarde.
Con un numeroso plantel, variantes ofensivas y un equipo capaz de ser protagonista en cualquier cancha, Estudiantes no toma los riesgos y los paga caro. No es ni Sabella ni Bielsa, no define su estilo.
Una vez más, el fútbol –sabio como pocos- demostró que con defenderse no se gana y la síntesis de lo que le pasa a Berizzo, podría ser algo que escribió @mvzqz en Twitter: “el bielsismo aguado que no moja ni jode”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario