Independiente y Mohamed encontraron la mejor manera para jugarle a Godoy Cruz. Habiendo sufrido dos veces el cerrojo defensivo y sus contraataques (por Copa), el Turco fue muy hábil a la hora de plantear el partido.
Con Villafañez, Patricio Rodríguez, Iván Pérez y Fredes en constante movimiento logró rotación que le dio distintas variantes. Siempre circulando alrededor de Parra, nueve de área, de flojo partido.
Si bien el chico Villafañez no tuvo un gran partido y el Patito se lució en contadas ocasiones, la propuesta fue muy buena. El combativo 4-5-1 de Da Silva fue superado en mayoría de gente en mitad de cancha y a su vez, no tuvo demasiadas opciones para entrarle al Rojo.
El resultado podría haber sido otro si la de Navarro del primer tiempo entraba o si Galeano no llegaba a cerrar como lo hizo dos veces, sin embargo, es indiscutible que Independiente fue mucho más.
Con los cinco mencionados jugadores de ataque, no necesitó llegada de gente desde la defensa, como sí lo había hecho por la Copa con Mareque y Vélez. Al mantener una línea de cuatro firme, Sánchez y Rojas, importantísimos en el juego directo del Tomba estuvieron pocas veces con espacios y en muy pocos momentos estuvieron mano a mano con Maxi Velázquez o Eduardo Tuzzio.
Como frutilla del postre, Mohamed puso a Leonel Nuñez por Villafañez en una variante de puesto por puesto, pero con ambiciones de seguir penetrando. Ya había tenido varias chances claras de gol, pero la suerte parecía nuevamente esquiva. Encima, con tantos jugadores amonestados (defensores y volantes defensivos), Godoy Cruz no podía cortar el juego como lo había hecho en el primer tiempo.
Los goles son muestras de cómo atacó Independiente. Sin hacer hincapié en la apertura de cancha, más con movilidad, pases en cortada y acciones personales. Así llegaron el primero y el segundo tras dos buenas jugadas colectivas y excelentes culminaciones de Pérez primero y Fredes después. El tercer gol fue un punto más para Nuñez en su lucha por la titularidad y una caricia al ego de Busse que volvió y dejó todo hasta las lágrimas.
Independiente parece haberse reinventado en muy poco tiempo y con algunas modificaciones, ya no da la sensación de sufrir los partidos. Cuando la efectividad y la suerte están de su lado, marca la diferencia. Ante Godoy Cruz, con una estrategia de protagonista y centrada, el Rojo mostró un disfraz desconocido, ideal para aumentar la confianza previa al clásico y dejar tranquilidad en cuanto a nombres y puestos que parecían incógnitas.
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