Un día como hoy pero en 1956 se disputaba la final del Sudamericano entre las mayores potencias de por aquel entonces. Uruguay y Argentina se veían cara a cara en busca de una nueva corona.
Un partido recordado por la violencia dentro y fuera de la cancha. Tres lesionados nacionales durante el encuentro: Sivori, Grillo y Labruna. La tensión dominaba un estadio Centenario colmado, se estimó que asistieron al cotejo unas 80.000 personas.
Con la anotación de Javier Ambrios a los 23 minutos del primer tiempo los charrúas se quedaron con su noveno trofeo y la felicidad de haberlo conseguido nuevamente como local. Enrique Hormazábal de Chile fue el máximo artillero con 4 conquistas.
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