River y Boca, a todo o nada

Por Juan Caveggia

Ambos equipos vienen de una derrota. Mientras que los directores técnicos especulan con el resultado, los jugadores hablan en contra del otro. Se juega el superclásico más importante del mundo y su definición puede agrandar completamente la herida.

Al final ese día tan ansiado llegó. El partido que todos quieren jugarlo. Más de la mitad del país se va a paralizar cuando, a partir de las 19, el silbato de Héctor Baldassi de inicio a uno de los superclásicos más devaluados de la historia. Los dos equipos se encuentran en sus peores momentos. River, llega con la Cappa caída luego de la ida del creador del tiki tiki. Y por el lado de la Bombonera, los aires no son los mejores. Su director técnico amenaza con irse y la interna entre los jugadores es cada vez más visible.

Desde la Boca ya se vive una fiesta. Pero no de esas en las que la gente canta, baila o tira papelitos. Sino una fiesta de desesperación. La dirigencia le da la espalda a Borghi. El presidente Jorge Ameal es el único que respalda la continuidad del Director Técnico. Los players tratar de tirarle la piedra a su eterno rival con sus declaraciones, los hinchas se acercan para observar que todo esté en orden, como si ellos pudieran intervenir en alguna modificación. Hasta un pastor llegó a Casa Amarilla para “bendecir” botines y rezar por todos. Una locura que ya se convirtió en moneda corriente.Desde ambos clubes ya hace más de 15 días que se percibe la tensión. Los millonarios necesitan ganar como sea. El conjunto de Nuñez está en su peor momento institucional. Los malos resultados hacen que sea muy difícil salir de la zona de promoción.

Pero desde que se fue Ángel Cappa, los ánimos son de renovación. Se nota a los jugadores tranquilos, con ganas de revertir las pésimas actuaciones que vienen realizando. El DT interino Juan José López será el encargado de darles, al menos, una alegría a los hinchas de la banda. Aquel J.J López que ya tiene un super vivido como entrenador. Triunfó por 3 a 0 en el verano.

Tantas especulaciones, cuestiones de “vida o muerte”, interrogantes sin objeciones. Todo esto es lo que se vivió. El momento final llegó. Todas las respuestas se van descifrar en 90 minutos. De los cuales se espera, tan solo, que los jugadores den un buen espectáculo al mundo.